Se sospecha cuando la persona lleva semanas sintiendo fatiga, falta de motivación e interés por lo que suele disfrutar. Muchas veces pueden ir acompañados de pensamientos muy negativos, desesperanza y baja autoestima. Igualmente puede haber otro tipo de síntomas como el exceso de energía asociado a inquietud marcada, sensación de "acelere" e irritabilidad.

Suelen manifestarse principalmente con síntomas físicos, como dolores de cabeza, tensión/dolores musculares, problemas gastrointestinales y del sueño. Puede haber irritabilidad, ansiedad; además, hay preocupación constante por cosas que no han ocurrido. Ocasionalmente hay ataques de pánico, que consisten en angustia extrema que dura pocos minutos, asociados a sensación de muerte, pérdida de control o temor a "enloquecer".

Se presentan cuando recurrentemente hay dificultad para conciliar el sueño, hay despertares en medio de la noche, o el despertar es más temprano de lo normal. También cuando el sueño no es reparador y hay fatiga durante el día.

Las dietas y el ejercicio muchas veces no parecen ser suficientes para perder peso. Es necesario descubrir qué significa la comida en cada individuo, qué patrones de alimentación tiene y eventualmente se podrá llevar a una relación saludable con la comida que derive en una pérdida de peso sostenida y perdurable a través del tiempo.

Pueden ocurrir por múltiples razones. Las personas sienten que les cuesta organizarse, dejan las cosas empezadas, tienden a postergar y a atrasarse. A veces hay impulsividad e inquietud.